Cuando florezcan los almendros

A Sage Reid le encanta hablar sin parar, siempre acaba disociando sin importar dónde esté y ha decidido largarse de su ciudad de un día para otro sin avisar a nadie. ¿La razón? Pues que tiene veintiséis años y no tiene ni idea de quién es ni de qué quiere en la vida. Ya ni siquiera reconoce a la persona que le devuelve la mirada en el espejo, así que ha tomado una decisión: empezar de cero en un lugar que le recuerda a su niñez, con la esperanza de encontrarse a sí misma.

Almond Valley pertenece a la familia Weston, dedicada a la agricultura, el ganado y los caballos. Todos son encantadores, y Sage podría sentirse como en casa... de no ser por el hijo mediano: Wade Weston. Gruñón, distante y con el ceño permanentemente fruncido; todo lo contrario a ella.

Su primer encuentro es... peculiar. Y ninguno de los dos está demasiado entusiasmado con la idea de trabajar cerca. Pero cuanto más tiempo permanezca Sage en Almond Valley, más difícil le resultará ignorarlo. ¿Y si, al final, Wade fuera justo lo que necesita para empezar de nuevo?